¿Cómo se gestó el proceso de cambio en Bolivia?
Retrospectiva para comprender el presente y el futuro: Prensa Rural amplió el diálogo con el profesor Antonio Abal Oña acerca de las luchas que convergieron en la actual revolución democrática y cultural, su articulación en el Estado Plurinacional y el rol excluyente de Evo Morales.

Por: Sebastián Moro
A partir de sus trabajos sobre una historia de Bolivia desde la perspectiva de los movimientos indígenas y obreros, Abal reconstruye los antecedentes que permitieron el actual momento político desde “un proceso de acumulación que ha costado mucho” y destaca las luchas y sectores que logró movilizar e integrar a principios del milenio Evo Morales, “alguien muy necesario por la visión que tuvo”.
Explicó Abal: “Sabemos lo que significaba la persona del Inca como representación del poder, lo que ahora se denomina ‘caudillo’. La política moderna habla de que Bolivia es un país de caudillos y no sé hasta qué punto eso es producto de una visión occidental que no puede ser leída en paralelo con la forma de depositar la confianza en determinadas personas que tienen las comunidades desde siempre. Por ejemplo, el dirigente que tiene su cargo durante un año es la voz de esa comunidad y se le debe absoluta obediencia. Esto funciona así en la lógica de las comunidades, es otra manera de entender el ejercicio del poder”.
“Desde las experiencias del sindicalismo campesino hubo excelentes dirigentes revolucionarios que nunca terminaban de dar el salto político por la estructura colonial del Estado boliviano, que siempre se ocupó de aplastarlos, de hacerlos caer en trampas, de corromperlos. Las comunidades se daban cuenta de que el sindicalismo podía caminar, que era reivindicativo y que como instrumento estaba muy bien. Entonces se empezó a hablar del instrumento político, que no era un partido, que nace en las corrientes más indianistas y que, tras profundos debates, iba a permitir que los pueblos originarios tengan acceso al poder. Eso superó a la organización sindical, la idea se expandió y Evo Morales la captó muy bien. Y a partir de ahí empieza a nuclear a diversos sectores”.
“Esto explica por qué muchas veces le ofrecieron la conducción de la Confederación Única Campesina y nunca aceptó. Había ahí una lucidez histórica para decir no, porque si se quedaba en el plano sindical se acababa el ciclo. Y lo que hizo fue generar un movimiento: se reunió con mucha gente, intentó juntar a la izquierda después de la guerra del gas y propuso el instrumento, algo que recuerdo claramente porque estuve en esa reunión en la Facultad de Derecho y dijo ‘ustedes representan a muchos partidos políticos pero hay que generar otra cosa y para eso todos tenemos que quitarnos la camiseta’”.
Evo y sus secretos
“Morales tiene una visión de gran estadista y de un político con muy buen nivel. Los que hablan en detrimento de su figura es porque no han compartido siquiera una charla con él, porque había que verlo en esos tiempos del Chapare, en reuniones de las federaciones del Trópico, esa pedagogía que tenía para hacer entender los problemas políticos, donde más allá de las lecturas del neoliberalismo apelaba a la vida cotidiana. Era un maestro en eso y eso le ha brindando su capacidad de articulación”.
“Por ejemplo, trascendió algo que antes nunca se pudo hacer, que organizaciones como colonizadores (interculturales) y dirigentes de tierras bajas, que tienen otras miradas, se sientan partícipes de un proyecto político fuerte. Gran parte de ese proceso viene de esta memoria histórica, de acumulación de experiencias en luchas de resistencia y de la fuerza proletaria de los mineros, a quienes siempre Morales escuchó y fue de los primeros en llevar a acciones como congresos de la COB en el Chapare, cosas prácticas para que se conozcan entre proletarios”.
“Ese desarrollo en el Chapare, con la fortaleza de mineros, de migrantes de regiones andinas y de la clase media, es el secreto, porque fueron formando un cuerpo que se enfrentó contra el imperialismo en carne y hueso que era la DEA. Eso dio conciencia al movimiento cocalero porque ahí ven, día a día y con las masacres que imponía la DEA, todo lo que sobre el imperialismo decían los discursos de izquierda. Ahí estuvo Evo Morales, con su gran capacidad de interpretar el momento, a partir de lo cual desarrolló lo que ahora tenemos, con muchas dificultades pero ahí estamos”.
Desafíos y horizontes
“En revoluciones clásicas como la rusa, los marxistas hablan de transición, que es el proceso entre la convivencia de la estructura capitalista con un horizonte socialista. Nosotros estamos en un proceso de transición también, pero es el horizonte lo que no está claro aunque se hable de socialismo comunitario o de otro socialismo que está en construcción”.
“Recién estamos conociéndonos entre el pensamiento andino que propone el Vivir Bien, que no es solamente un pensamiento político, ni solamente económico u organizativo, es una forma de vida y de civilización muy diferente a la occidental; y las ideas del liberalismo y del marxismo, que vienen de occidente con su carga filosófica y civilizatoria”.
“En Bolivia estamos tratando de hacer un diálogo, sin confrontar, entre estas dos visiones, una muy occidental todavía, que está dispuesta a escuchar, y una andina-amazónica, de pueblos originarios, que también está dispuesta a escuchar. Caminamos con algunos problemas que aún no hemos cuajado porque este principio de la complementariedad, que es fundamental en el Suma Qamaña, todavía no está plenamente desarrollado”.
“La visión andina es dual, siempre hay dos cosas. Pero contrariamente a la dialéctica marxista, los contrarios no se encuentran para que uno quede anulado, ambos van a mantener sus particularidades pero se van a juntar y van a generar una tercera cosa que se llama ‘yanantin’. Entonces, estamos en este momento de construcción del yanantin”.