Martes de Challa, una tradición boliviana de agradecimiento a la Pachamama

La Paz, 1 de marzo de 2022 (PR).- Esta festividad espiritual está enraizada en familias de origen rural y urbano del país, que acostumbran adornar, agasajar bienes materiales y hacer ofrendas de comida y bebida a la Madre Tierra.

La Paz, 1 de marzo de 2022 (PR).- La Ch`alla es una tradición aymara, ennraizada en la población boliviana como agradecimiento a la Pachamama (Madre Tierra) por los dones recibidos durante todo el año, en esta ocasión las familias de origen rural y urbano acostumbran adornar y agasajar casas, negocios, automóviles, entre otros bienes.

En ese marco, desde las primeras horas de la madrugada varios domicilios de la ciudad de La Paz, El Alto y el resto de la ciudad  “engalanan” todos sus bienes materiales con banderines, flores, globos, confites, frutas, entre otros artículos que cuelgan de los muros y las ventanas, mientras el tronar de los cohetillos anuncian el inicio del martes de Ch’alla.

“Se trata de un acto espiritual que se materializa fundamentalmente en la ofrenda de la comida, de la música a la Pachamama (…) un tiempo de agradecimiento a la Madre Tierra”, explicó el sociólogo David Quispe en una entrevista ofrecida a la prensa.

Asimismo, las bebidas convidadas a la Madre Tierra no pueden faltar en esta tradicional fiesta donde el alcohol, el vino y la cerveza están presentes. Del mismo modo, se desarrolla la k’oa, un ritual de reciprocidad y ofrenda a la Pachamama en la que se convida una mesa dulce que es consumida por el fuego.

“Si hacemos un desmontaje de esta mesa dulce, contiene elementos vegetales, incienso, k’oa; minerales como la representación de la plata y el oro;  animales como el cebo de la llama. En suma, la mesa representa la síntesis de una realidad que no es solo andina y que es símbolo de agradecimiento”, explicó el profesional a tiempo de remarcar que no debe faltar en la k’oa las 12 hojas de coca, bebida dulce, canela, clavo de olor o anís para que no lleguen las maldiciones.

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Dentro ese contexto, la expansión de esta festividad se debe a la migración de gente que practica esta tradición y la hereda a sus futuras generaciones. Según el sociólogo, la ch’alla se ubica en el “jallu pacha” o tiempo de lluvia, época  que desde la concepción aymara es explicada dentro de una “lógica seminal, una relación de padre y madre”.

“Esta lógica tiene que ver con la fecundación del padre a la madre y esto se visibiliza con la lluvia. Es la madre la que fecunda y en el tiempo de la ‘anata’ o tiempo del juego se ven los primeros frutos que la Madre Tierra ofrece”, explicó; En esa línea, este es un “tiempo de la fertilidad de la Madre Tierra que produce y entrega dones a los hijos”, quienes deben agradecer todo lo que les ha ofrecido.

Quispe afirmó, que la ch´alla al margen del ritualismo deja una gran enseñanza que es el reencuentro con la naturaleza y su reconocimiento porque “la Pachamama no da así no más, ya que debe parir con esfuerzo y hay que reconocerla” este mensaje  nos da la lección de que se debe cuidar la naturaleza para lo cual es necesario tener un encuentro con ella.

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COV

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