Yamparas exhiben su cultura para reactivar la economía del lugar
Los hombres ejecutan el pujllay en el transcurso de un ritual del mismo nombre que celebra la renovación de la vida y la abundancia traída por la época de las lluvias.

Pobladores de la comunidad de Pisili se reúnen en el Museo de Etnografía y Folklore (Musef) de Sucre donde se organiza una feria etnográfica sobre la cultura Yampara que pretende reactivar su economía.
La región se caracteriza por estar rodeado de comunidades de tejedores, es uno de los centros de atracción más importante por sus danzas, música, vestimentas y tradiciones que mantienen vigente.
El coordinador regional del Musef-Sucre, Vincent Nicolás, recalcó que el evento tiene la finalidad de potenciar el trabajo cultural y productivo de la nación Yampara.
“Tenemos stands donde se pueden apreciar gastronomía y tejidos. Además, estamos organizando un curso para las personas que quieran iniciarse al arte de tejer”, informó el responsable.
El representante señaló que esta cultura es una de las naciones indígenas que todavía conserva sus tradiciones en sus tejidos y gastronomía. “Todos los productos que se exponen son agroecológicos”, mencionó refriéndose a su agricultura.
La comunidad produce maíz, papa, oca, trigo y hongos de Tarabuco, que están presentes en una variedad de platillos de la gastronomía boliviana.
Tejido Yampara
El productor y artesano, Juan Guarayo, infomó que el suyu yampara está formado por siete pueblos indígenas, sin embargo, lamentó que su población disminuyó de forma alarmante. “Somos unos tres mil habitantes, pero estamos en ese trabajo de reconstituirnos”.
La cultura resistió a la invasión inca, en la época colonial republicana y aún permanecen de pie ante los avasallamientos en la actualidad.
“Nuestro lema es Nación Yampara está reactivando la economía, abriendo las puertas para los pueblos indígenas y rompiendo las rocas para satisfacer a los pueblos indígenas”, añadió.
Música y melodía tradicional
El pujllay y el ayarichi son formas musicales y coreográficas de la cultura yampara. El primero, se practica en la época de las lluvias y el segundo en la temporada seca.
Los hombres ejecutan el pujllay en el transcurso de un ritual del mismo nombre que celebra la renovación de la vida y la abundancia traída por la época de las lluvias.
Los sonidos, bailes y atuendos evocan al ‘Tata Pujllay’, ente demoníaco y fecundo que posee una energía desbordante. Estas dos particularidades de la nación contribuyen a la unidad de las comunidades de cultura yampara en la medida en que constituyen un medio privilegiado de comunicación con la naturaleza.
MRC